miércoles, 14 de julio de 2010

Dios y yo

Si yo tuviese que inventar un nuevo Dios, probablemente me saldría uno muy parecido al de la religión católica. No en vano, es la cuna de mi educación.
¿Y si yo fuese distinto y tuviese que inventarme un Dios... Cómo me saldría? ¿Distinto también?
¿Entonces la entidad "Dios" es una quimera que inventamos en cada sociedad y determina a las personas?
La verdad es que creo que sí.
Seguramente las personas hemos creado dioses a nuestra medida. Los dioses "humanoides" no responden a las preguntas básicas sobre el origen y el sentido de la vida, ya que esas preguntas son igualmente planteables a ellos mismos. Ahora bien, sí proporcionan bienestar, consuelo y un nuevo sentido a la vida (porque se lo damos nosotros).
Asumamos, como Platón, que vivimos en una cueva en la que sólo vemos las sombras de otros seres. ¿Es probable que ocurra algo así?
Creo que sí.
Nuestra vista es capaz de percibir sólo una fracción del espectro de radiaciones. Es ínfimo. Pero estas radiaciones probablemente sean sólo una fracción de los fenómenos naturales. Nuestra comprensión de la naturaleza probablemente sea tan pequeña, que no podríamos detectar formas de vida que estén junto a nosotros si no tienen una base bioquímica del tipo que nosotros conocemos (las que son como nosotros).
Si ponemos ratones en laboratorios para estudiar su comportamiento, ¿por qué razón nosotros estamos en la cima de la comprensión y del conocimiento y no somos tan ignorantes de nuestro entorno como lo son los ratones del laboratorio?
La razón me dice que lo más probable es que no estemos en la cima de la comprensión y el conocimiento, y que ignoremos la mayor parte (tan mayor como que el conocimiento de la naturaleza probablemente sea insignificante) de la naturaleza de la cual formamos parte.
Y entonces, ¿no hay Dios?
Francamente, no creo que haya un Dios "homoforme" como una entidad independiente de nuestras sociedades (aunque sí existan como producto de estas sociedades).
Ahora bien, sí hay formas de organización de los sucesos, la materia, la energía, las personas, etc., que implican causalidad (cuando ocurren A y B, probablemente ocurra C), y formas de organización de este tipo en los niveles de mayor abstracción y globalidad podrían constituir una idea plausible de Dios.
Un ejemplo donde notros somos Dioses: nuestras células se agrupan y organizan en órganos y el conjunto de órganos en un cuerpo completo en el que hay interacción, interdependencia y también independencia. Si nuestras células tuviesen conciencia y pensamiento, podrían fácilmente concebir que nosotros damos direccionalidad a su existencia: damos sentido a la misma, favorecemos unas condiciones u otras de existencia, decidimos acerca ellas, etc.
Del mismo modo, nosotros somos piezas de un entramado que se extiende fuera de nosotros: nuestros grupos sociales, la vida en nuestro entorno y nuestro planeta, etc. Todo ello tiene una normas que conocemos (y otras que desconocemos), pero que podemos esperar que razonablemente las cosas sucedan de acuerdo a esa normas (si soltamos una piedra, seguramente caerá al suelo).
Todo el entramado de leyes físicas, el mundo que nos rodea (la naturaleza, las personas, etc.) determinan un modo de funcionamiento de tal modo que se parece bastante en los efectos a la noción de Dios. Visto de este modo, Dios sería todo lo que nos rodea y nosotros mismos, pero no sería un Dios para nosotros, sino del que formamos parte.

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