jueves, 22 de julio de 2010

Creando mi nuevo mundo

Mi nuevo mundo es un mundo lleno de personas, no porque esté abarrotado de ellas, sino porque juegan un papel importante. Es un mundo “orgulloso” por su humanidad.
En este mundo las personas son distintas, individuales, personales. Cada persona se sabe única. Cada nacimiento enriquece en una medida inconmensurable y cada muerte es una enorme pérdida, pero todos asumimos que es parte del ciclo de la vida y sin muertes no podría haber nacimientos. Aun así, luchamos para retrasarlas porque cada minuto de vida nos permite la satisfacción de vivir en este mundo maravilloso y de compartir y ayudar a los demás en su avance por la felicidad.
Como decía, las personas son distintas y miran a los demás con curiosidad, con interés. Tratan de descubrir en ellos nuevas ideas, nuevos juegos, nuevas risas.
Cada persona se esfuerza por el bienestar de los demás. No es que ese bienestar de los demás condicione nuestras vidas, sino que hemos descubierto que es la forma ideal de alcanzar nuestra propia felicidad a la vez que construimos un mundo mejor para todos.
Cuando se analizan conceptos como la mentira, el rencor, la envidia, la avaricia, el egoismo y tantos otros que en algún momento perjudicaron las relaciones entre las personas, nos resultan incomprensibles. ¿Cómo es posible que esas cosas hayan podido vivir en el corazón de los seres humanos?
Cuando hablo con alguien, no podría encontrar ni un rastro de suspicacia. Además de porque no lo hay, también porque yo no lo busco. No quiero que mi propia suspicacia me impida recoger los matices de lo que me están comunicando. Pero también quiero querer al otro y ser querido, y para eso la franqueza y la limpieza de intenciones son mejores aliados.
Las personas tratan de realizar tareas útiles y de hacerlas bien, sin necesidad de justificar tiempos ni consecución de número de objetivos. Las personas se pueden dedicar a las tareas que más les satisfacen, y a hacerlas con todo el cariño del mundo. Así ampliamos los horizontes de las ciencias y las técnicas, hay capacidad de producción suficiente para los elementos básicos de subsistencia (comida, ropa, vivienda, etc.). El mundo laboral se compone principalmente de productores artesanos (aunque usan tecnología no son piezas de cadenas de montaje), docentes e investigadores. Las personas obtienen sus medios de vida de la comunidad, a la vez que revierten en ella todo el resultado de sus tareas.
El nivel de gestión y control que requiere la sociedad es mínimo, ya que está basado en la responsabilidad de los individuos.
En mi nuevo mundo hay blancos, mujeres, Pepes, rubios, negras, niños, altas, gordas, ancianos, mancos, Marías, vivarachos, recatados... Todos son igualmente distintos. No porque tengamos derecho a la individualidad, sino porque simplemente somos distintos, ¿por qué razón deberíamos enfrentarnos a la realidad y ocultar las diferencias? Además, yo no prefiero conocer a millones de clones míos, sino vivir millones de veces la aventura de conocer al quien puede descubrirte algo.
Los niños son acompañados por sus padres sin dejarles caer, pero soltando cuando ellos quieren dar sus pasos solos. Y crecen y viven con confianza en sí mismos, sin necesidad de muletas emocionales. Aunque si hay alguno que requiere más apoyo por cualquier motivo, todos se vuelcan en ayudarle.
En mi nuevo mundo no hay facturas, ni diligencias judiciales, ni tarjetas de presentación, ni programas de cotilleo donde se “despelleja” al vecino, ni políticos, ni diarios sensacionalistas, ni ofertas especiales, ni regateos,
En cambio sí hay música, espacios abiertos, zonas urbanas y zonas rurales, pero todas son lugares donde sentirse a gusto, tebeos, comidas exóticas, bibliotecas, películas...
No hay obligaciones ni derechos, ya que encorsetan nuestro pensamiento, actitudes, acciones... Sí hay un deseo franco de que los demás sean felices, por lo que la insatisfacción de los demás, genera un impulso de ayuda por parte de todos sin necesidad de normas que lo regulen.

sábado, 17 de julio de 2010

¿Está "escrito" todo lo que va a suceder?

Una de las grandes dudas... ¿las reglas que rigen la naturaleza determinan lo que ocurrirá a partir de unas determinadas causas? En ese caso, todo discurre por caminos trazados, e incluso nuestros intentos por salirnos de ellos serían parte de los mismos. Es decir, da igual lo que hagamos, puesto que todo ello ya estaba "decidido" de antemano (lo que nos llevaría a preguntarnos quién habrá decidido esas cosas, pero no es el tema de esta entrada).
En ese caso, nos faltaría conocer todas las reglas y todos los factores para poder hacer predicciones acerca del futuro. Parece que nuestro conocimiento parcial de esas reglas y factores apoyan esta teoría, ya que ahora podemos hacer predicciones con cierta probabilidad de éxito sobre facetas del mundo que conocemos razonablemente.
Entonces sólo nos falta aumentar conocimiento y capacidad de cálculo ¿no?

Pues no lo creo.
En este momento de la historia (muy breve, por cierto), estamos muy determinados por las tecnologías de la información, que discretizan y calculan ingentes cantidades de datos. Sin embargo la naturaleza no tiene ese carácter discreto, sino continuo. Y puesto que en cualquier intervalo de un continuo siempre podemos encontrar infinitos puntos, cualquier intento de medirlo es sólo una aproximación. Por tanto, nuestras predicciones se basan en conocimientos parciales (y casi con toda seguridad equivocados) con datos base aproximados. Por tanto, creo que nunca podremos alcanzar la certeza. De esto nos hablan principios de incertidumbre, dependencia sensitiva de las condiciones iniciales, etc.

Pero veamos un ejemplo: si yo hago una predicción acerca de la distancia que recorrerá una rueda al cabo de n giros (sin contar con factores adicionales como el desgaste u otros), la fórmula sería muy sencilla: 2*pi*r*n (siendo n el número de vueltas y el radio). Por tanto, para un radio 1 y 1000 vueltas, la distancia sería 6280. Pero si aumentamos la precisión de pi, podríamos calcular 6283.185308. No es una gran diferencia, pero la primera distancia no era cierta (y la segunda, naturalmente, tampoco). Si ahora aumentamos el número de factores (no sólo uno) y el número de iteraciones (no sólo 1000) nos encontraríamos que nuestra predicción tiene un horizonte de fiabilidad realmente limitado. Puede resultarnos útil hacer estas predicciones (de hecho lo es), pero también tenemos la certeza de que son erróneas y cuanto más número de iteraciones (normalmente más tiempo) y de factores influyentes, mayor será el error.

Otro ejemplo más fácil: un caminante en el desierto cojea levemente (inapreciable) de la pierna izquierda. Si no tienen ayudas de guiado, inevitablemente caminará en círculos. Los milímetros de desviación en cada paso, le llevarán a desviarse kilómetros de su ruta al cabo del tiempo.

Entonces, ¿Es nuestra vida una secuencia predeterminada? A la luz de expuesto, la respuesta parece ser "no". Es posible que a partir de una situación, haya un rango de efectos posibles, pero simple hecho de no poder determinar con precisión cada situación, hace que el futuro no pueda (aparentemente) estar predestinado, aunque haya relaciones causales entre antecedentes y consecuentes.

miércoles, 14 de julio de 2010

Dios y yo

Si yo tuviese que inventar un nuevo Dios, probablemente me saldría uno muy parecido al de la religión católica. No en vano, es la cuna de mi educación.
¿Y si yo fuese distinto y tuviese que inventarme un Dios... Cómo me saldría? ¿Distinto también?
¿Entonces la entidad "Dios" es una quimera que inventamos en cada sociedad y determina a las personas?
La verdad es que creo que sí.
Seguramente las personas hemos creado dioses a nuestra medida. Los dioses "humanoides" no responden a las preguntas básicas sobre el origen y el sentido de la vida, ya que esas preguntas son igualmente planteables a ellos mismos. Ahora bien, sí proporcionan bienestar, consuelo y un nuevo sentido a la vida (porque se lo damos nosotros).
Asumamos, como Platón, que vivimos en una cueva en la que sólo vemos las sombras de otros seres. ¿Es probable que ocurra algo así?
Creo que sí.
Nuestra vista es capaz de percibir sólo una fracción del espectro de radiaciones. Es ínfimo. Pero estas radiaciones probablemente sean sólo una fracción de los fenómenos naturales. Nuestra comprensión de la naturaleza probablemente sea tan pequeña, que no podríamos detectar formas de vida que estén junto a nosotros si no tienen una base bioquímica del tipo que nosotros conocemos (las que son como nosotros).
Si ponemos ratones en laboratorios para estudiar su comportamiento, ¿por qué razón nosotros estamos en la cima de la comprensión y del conocimiento y no somos tan ignorantes de nuestro entorno como lo son los ratones del laboratorio?
La razón me dice que lo más probable es que no estemos en la cima de la comprensión y el conocimiento, y que ignoremos la mayor parte (tan mayor como que el conocimiento de la naturaleza probablemente sea insignificante) de la naturaleza de la cual formamos parte.
Y entonces, ¿no hay Dios?
Francamente, no creo que haya un Dios "homoforme" como una entidad independiente de nuestras sociedades (aunque sí existan como producto de estas sociedades).
Ahora bien, sí hay formas de organización de los sucesos, la materia, la energía, las personas, etc., que implican causalidad (cuando ocurren A y B, probablemente ocurra C), y formas de organización de este tipo en los niveles de mayor abstracción y globalidad podrían constituir una idea plausible de Dios.
Un ejemplo donde notros somos Dioses: nuestras células se agrupan y organizan en órganos y el conjunto de órganos en un cuerpo completo en el que hay interacción, interdependencia y también independencia. Si nuestras células tuviesen conciencia y pensamiento, podrían fácilmente concebir que nosotros damos direccionalidad a su existencia: damos sentido a la misma, favorecemos unas condiciones u otras de existencia, decidimos acerca ellas, etc.
Del mismo modo, nosotros somos piezas de un entramado que se extiende fuera de nosotros: nuestros grupos sociales, la vida en nuestro entorno y nuestro planeta, etc. Todo ello tiene una normas que conocemos (y otras que desconocemos), pero que podemos esperar que razonablemente las cosas sucedan de acuerdo a esa normas (si soltamos una piedra, seguramente caerá al suelo).
Todo el entramado de leyes físicas, el mundo que nos rodea (la naturaleza, las personas, etc.) determinan un modo de funcionamiento de tal modo que se parece bastante en los efectos a la noción de Dios. Visto de este modo, Dios sería todo lo que nos rodea y nosotros mismos, pero no sería un Dios para nosotros, sino del que formamos parte.